Por el Mundo: brasileña cuenta como fue estudiar inglés en Nueva York por seis meses

Después de graduarse de la universidad, Vivyane Garbelini - de 26 años de edad- tomó una decisión: era hora de empacar maletas y realizar el sueño de vivir en Nueva York. El primer paso fue consultar una agencia de intercambio famosa en Sao Paulo llamada STB, con la cual ya había hecho un intercambio corto en California hace tres años. En la agencia recibió los servicios de consultoría para escoger la escuela, obtener la visa y encontrar un lugar en donde vivir. 

“Desde el comienzo yo quería (¡demasiado!) estudiar en NY. Hacía parte de un sueño.  Yo ya conocía la ciudad y estaba encantada con ella. Sabía que encontraría una buena escuela allá. Fue fácil escoger a Kaplan, porque es una escuela muy tradicional y renombrada. Además, una de sus sedes queda en el edificio Empire State, lo que me  atrajo mucho por ser un lugar turístico y tener una vista maravillosa de la ciudad”, recuerda Vivy. 

Después haber elegido la escuela y el tiempo que se quedaría por fuera, la agencia ayudó con el proceso de requerimiento de visado, que según ella, no fue difícil de conseguir. “la visa de turista no era suficiente para mí, necesitaba una visa de estudiante que se llama F1, pero no fue complicado de conseguir, aunque sí un poco burocrático (tenía un formulario y una parte debía ser diligenciada por la escuela)” . ¡Visa en mano, el deseo de tener un mejor inglés y con las maletas listas, era hora de partir! 

Ya en NY, Vivy comenzó a hacer un curso de General English, que incluye gramática, vocabulario, conversación y redacción, con espacio hasta para actividades de escritura creativa y proyectos de creación. “Teníamos que hacer varios ejercicios y proyectos diferentes, como crear un producto imaginario y presentarlo a la clase, por ejemplo. Cada semana tenía una dinámica diferente y por eso el curso nunca fue aburrido”. 

Otra experiencia buena que la escuela también proporcionó fue la convivencia con personas de nacionalidades diferentes, que según ella, fue la mejor parte de todo el viaje. “Esa experiencia me hizo tener otros puntos de vista, me dio más herramientas para convivir con diferencias y me mostró similitudes que jamás había imaginado. También me mostró cómo es importante no generalizar, no creer que todas las personas de un país o de una cultura siempre actúan de la misma manera. Siento que me ayudó a abrir la mente. En ese momento, hice dos amigas alemanas, una coreana y otra marroquí”. 

Además del curso los principales gastos que la estudiante tenía eran los básicos, como: alimentación, transporte (siempre intentaba usar el metro en vez de taxi) e internet. Como le gusta mucho la fotografía, ella también invirtió en equipos nuevos (lentes, cámara y otros accesorios). 

Fotos: Vivyane Garbelini

Vivy que ya vivía sola en Sao Paulo antes del viaje, también contó sobre las dificultades y diferencias de vivir sola en otro país. “Fue difícil, pero muy enriquecedor. Además del choque cultural en una metrópoli tan agitada y ruidosa como Nueva York, había las preocupaciones del día a día: seguridad, salud, pasar por una farmacia, resolver cuestiones burocráticas… Todo eso en otro idioma, que algunas veces era difícil, aparte de la falta de vocabulario que aparecía frecuentemente. Vivir sola en otro país es completamente diferente a vivir sola en el país de uno, en mi opinión. En Brasil, siento que tengo mi casa, “mi lugar”. Aquí puedo manejar todo lo que necesito resolver. Sucede que me siento sola, pero no es ningún problema. Se me pasa rápido y cuando no se pasa, tengo personas queridas a mí alrededor. En NY, no tenía ninguna sensación de casa, los hábitos de las personas eran todos diferentes. Tenía amigos, pero no eran tan cercanos y acogedores como los amigos de aquí. En algunos momentos parecía que estuviera viajando, de vacaciones, pero pronto tuve que lavar ropa y caí en cuenta que era real”.

Fotos: Vivyane Garbelini

Al fin de cuentas, a pesar de los momentos difíciles, Vivy descubrió que la experiencia vale mucho la pena y que el tiempo de viaje fue suficiente para mejorar su aprendizaje. Ella incluso compartió con nosotros lo que aprendió durante el intercambio y que trae hasta hoy.” Vivir en inglés en el día a día obliga a la gente a aprender. Una de las mejores cosas que aprendí fue a relajarme al hablar en otro idioma, porque antes me preocupaba demasiado en hablar “todo bien”. Aprendí a tener más curiosidad por las historias de las personas y hoy siento ganas de entrevistar cada persona que conozco. Aprendí más sobre mí misma y a vivir “un día a la vez”, como está escrito en el imán que compré allí y que está al lado de la puerta de mi casa. Hubo malos momentos, y más de una vez quise salir corriendo para el aeropuerto con destino a São Paulo. Pero tuve momentos tan lindos que compensaron el resto. Valió mucho la pena” 

¿Y entonces? ¿Te gusto la historia de Vivy? ¿También sueñas con estudiar inglés en otro país o viajar a Nueva York?

Aquí en Viva-Mundo puedes encontrar varias opciones de cursos de inglés en el extranjero, aprovecha y usa nuestra herramienta de búsqueda. http://www.viva-mundo.com/es/